lunes, 3 de diciembre de 2007

Manchester United

Desde hace un par de meses Petón, un comentarista de la SER viene relatando una serie de historias sobre fútbol. Hace ya algún tiempo escuche una que concernía al Manchester United, y por más que he buscado no la he encontrado, así que tendré que escribirla yo. No soy un gran redactor, pero ahí va:

Era una heladora noche de Febrero de 1958, el Manchester acababa de empatar contra el Estrella Roja de Belgrado 3-3 y se clasificaba por un 5-4 en el global, lo que le dejaba en semifinales de la Champions, que por aquel entonces era un trofeo cuya hegemonía pertenecía al Real Madrid de Di Stéfano y Paco Gento. Toda la plantilla de los reds esperaba al completo en el avión, menos el jugador Johnny Berry que no encontraba su pasaporte. Finalmente el vuelo 609 despegó del aeropuerto de Belgrado, el plan era realizar un repostaje en la ciudad de Munich.




El día era especialmente frío, y la niebla inundaba todo el aeropuerto de Munich. El viento golpeaba el avión duramente cual lata empujada por el aire. Tras varios intentos el capitán James Thain consiguió despegar. Ganaron cierta altura hasta que el viento y la espesa niebla hicieron que el capitán perdiera el control del avión estrellándose este en un campo colindante.

El jovencisimo Duncan Edwards, considerado la mayor promesa del fútbol inglés murió por las heridas producidas por el accidente; ya en sus últimos momentos pronunció las siguientes palabras: "¿A qué hora es el partido contra los Wolves? Ese no me lo quiero perder de ninguna forma". También murió el capitán de los reds Roger Byrne, al igual que los jugadores Tommy, Jones, David Pegg, Geoff, Eddie Colman y Billy Whelan. También murió gran parte del cuerpo técnico, masajistas, preparadores físicos...





Desaparecía así, la que muchos denominaron la mejor generación del fútbol inglés, y del Manchester United. Una generación de jóvenes futbolistas, que probablemente habrían dado las mayores alegrías a los de Old Trafford.

Pero el equipo se reconstruyó. Bobby Charlton superviviente del accidente se convirtió en el mejor jugador inglés de todos los tiempos, mejor jugador del Manchester United, el que dio el nombre de Teatro de los Sueños al mítico Old Trafford. Tardó mucho tiempo, diez años concretamente antes de que el Manchester llegase a la final de la Copa de Campeones.

Bobby Charlton por aquel entonces ya se había convertido en todo un veterano capitán del Manchester United. Era 1968 y el Manchester se encontraba en la final, que jugaría contra el Benfica de Eusebio. El partido fue una lucha sin cuartel, en la cual Bobby Charlton corrió freneticamente más allá de los limites del cuerpo humano. Y efectivamente Bobby marcó, marcó dos goles que hicieron que la nueva hornada de jugadores del United ganase esa final 4-1 al Benfica, diez años después.



Ya en el hotel los jugadores se disponían a realizar la celebración del titulo, pero Bobby Charlton que apenas podía moverse por el tremendo sobre esfuerzo físico, se quedó en su habitación. Quizás años después se arrepintiera de no haberlo celebrado, pero Bobby Charlton comprendió que esa copa no era suya, pertenecía a todos sus compañeros muertos en aquella fatídica noche de Febrero.